Fuego, verbo y constante matemática.
Que en tu danza atrapa las pupilas y nos quemas la cabeza con revelaciones.
Fuego, asesino de grandes secretos, de geometría y brujas.
Marcas tus tiempos con cada ceniza que estalla, que brinca sin dirección calculada,
vienes a hablar por nuestra boca muerta.
Fuego, compañero de viajes y soledades, en ti quiero dejar mi cuerpo después del ultimo suspiro, en tus flamas astrales.
Fuego, no tienes la tendencia a equivocarte.
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